21 mar 2013

Sintomas de Es...trés...

A ratos me siento de pie, a veces camino sentada, recaigo de cabeza y me cuesta sentarme. A veces bajo boca arriba y siempre me recuerdo asustada, pues una vez puse un pie en los viejos andenes de la vida y sentí ganas de pensar.

De repente otra vez reencarne del barro y me deslice cuesta arriba, ahora no tengo espalda, ni huesos maltratados mucho menos un cuero blando, ni las galletas derretidas.

No sufro de jeans y mis vestidos caminan solos, a tientas. Pasan noches en las que les abro la puerta y vienen a vivir conmigo me creen una percha de carne insoportable que las usa para vestir la apariencia. Su aroma de lejanos centrifuga mi paladar, consuela mi memoria de cuando era un árbol con medio bosque en la cintura por taladrar.

Me nombran los espacios vacíos, pues nunca entendieron por qué me viven reservando. Más amo las repisas con sonrisas y su poemas ácidos, mastico un pasado de relojes apretados, cargando los puños iracundos de la noche hay aves de fuego, sin brillo en los iris que perdieron encanto.

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(Rec)

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